Aragón ha sido una de las autonomías más criticadas por mantener el impuesto de sucesiones y donaciones, cuyos detractores entienden que muchas personas acaban renunciando a sus herencias por no poder pagar la tasa que conlleva. Establece el umbral exento de pago más bajo de toda España, en los 150.000 euros, y no lo ha modificado como Andalucía o Extremadura, donde ya no se tributa por encima del millón de euros heredado por persona.
No obstante, Aragón exime del impuesto a todos los herederos hijos menores de edad y personas con una discapacidad igual o superior al 65%.
Al otro lado, el paraíso de los ‘anti sucesiones’ es, desde 2015, Canarias, que decidió bonificar al 99,9% el impuesto para todos los herederos de tipo I y II (descendientes y adoptados menores de 21, o mayores que sean cónyuges, ascendientes y adoptantes del fallecido).